En el sindicalismo argentino, SIVARA es la única organización que ha obtenido registro y personería gremial para representar a todos los trabajadores que se desempeñan en espacios públicos y/o privados, en sus diversas modalidades de venta en calles, plazas, parques, veredas, estaciones de trenes, buses, estadios deportivos, ferias , mercados y eventos especiales.
SIVARA fue fundada en 1973 en la propia sede de la CGTRA, obteniendo personería gremial el 12 de setiembre de 1975. Estuvo intervenido durante el gobierno militar, y con la vuelta de la democracia política, fue recuperado por su dirigencia original. Posteriormente, en 1992, logro el reconocimiento de su Propia Obra Social (OSVARA). Tiene 16 delegaciones regionales y su membresía supera los 60 mil trabajadores.
Colectivos y estrategias principales
Ese encuadramiento sindical de SIVARA se proyecta hacia una representación de trabajadores y trabajadoras definidos de manera amplia: además de los trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia, como el resto de las organizaciones sindicales registradas en el marco de la ley de asociaciones sindicales, también incluye a otros dos conjuntos:
-quienes tienen un empleador pero cuya relación de trabajo es informal
-quienes son trabajadores por cuenta propia
Ambos grupos tienen la misma problemática: la inestabilidad de sus ingresos y la falta de protección social derivada del sistema de seguridad social argentino.
En este marco, SIVARA desarrollo una estrategia en dos vías:
-respecto de los trabajadores dependientes precarios e informales, procura su reconocimiento y registro.
-en relación a los cuentapropistas, aplica estrategias de reconocimiento de su actividad por parte de los gobiernos locales, llegando a acuerdos que pueden interpretarse como cuasi convenios colectivos, a partir de considerar a las autoridades como cuasi empleadores.
En relación al primer grupo, SIVARA ha desarrollado acciones en favor de vendedores de refrescos, helados ,café ,panchos , hamburguesas, golosinas ,gorros ,banderas en los estados deportivos, ,de flores , periódicos ,golosinas , baratijas loterias,rifas y frutas en la via publica y diversos productos, con fines benéficos, para todos los cuales se definieron contrapartes y se obtuvieron acuerdos.
Otro caso es el de los promotores de festivales musicales (en Jesus Maria y Cosquin de la provincia de Córdoba), para regularizar su relación con trabajadores por cuenta propia. Estos acuerdos llevan a la integración de tales trabajadores a la obra social de SIVARA, obteniendo así una cobertura social.
Respecto del segundo grupo, se pueden citar dos positivos ejemplos referidos a la CABA: en 2003 tras una fuerte lucha gremial del SIVARA el gobierno reformó y unificó varias secciones del código contravencional en relación a las habilitaciones y verificaciones de la actividad de los vendedores de alimentos y se logró la votación y promulgación de la ley 1166 que regula y habilita dicho sector . En 2013-14, se logró un acuerdo con el gobierno de la ciudad y SIVARA para la uniformidad de las estructuras de venta. A partir de ello, se regularizaron los puestos de “panchos” , “choripanes” “vendedores de flores” y golosinasen la vía pública, incluyendo los aportes de infraestructura por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
En consecuencia, la estrategia de SIVARA puede considerarse ”mixta”, en dos sentidos: porque actúa defendiendo a trabajadores independientes/dependientes, y a trabajadores registrados/no registrados .teniendo como objetivo principal el paso de la informalidad a la formalidad ,de todo el colectivo del sector,
También puede decirse que utiliza estrategias “de transición”, entre trabajadores aparentemente autónomos, pero en realidad dependientes simulados, hacia trabajadores plenamente considerados como asalariados.
Una estimación sobre el perfil de los afiliados y representados según este criterio es la siguiente: 50% cuenta propia, 15% empleados de manera informal y 35% empleados de manera formal.
La estrategia hacia un colectivo laboral “invisible”
Una línea de trabajo que SIVARA desarrolla desde hace años es la referida a los trabajadores de venta directa, o “puerta a puerta”, lo que puede asimilarse a la venta ambulante, casi todos mujeres amas de casa, estudiantes, jubiladas y empleadas en el sector público.
Lo característico de este colectivo es que las empresas no reconocen su condición de dependientes, y con ello la existencia de relaciones laborales, sino que las consideran “revendedores” socias, “agentes comerciales”, “distribuidores”, “representantes”, “franquiciados”, “consultores”, “fuerza de ventas” o directamente “personas miembro de un sistema de distribución”. El único empleo reconocido es el que realiza tareas administrativas en el local de la empresa, el cual tiene un tamaño ínfimo (4 mil), en comparación con las vendedoras, que han fluctuado en 700 mil.
Las empresas que utilizan venta directa crean una estructura laboral no registrada como tal, consistente en: vendedoras/”promotoras”socias según el sector empresarial. En el nivel más bajo; coordinadoras, en el nivel más alto, que acceden a ese puesto con base en la confianza que la empresa le tiene a lo largo del tiempo, cuando se desempeñaban como vendedoras; ayudantes de las coordinadoras, en un plano intermedio. Cada coordinadora puede tener hasta veinte ayudantes; fleteros de la empresa, encargados de llevar los productos a las vendedoras o coordinadoras, e incluso de retirar pagos en las cuentas habilitadas para el depósito de las vendedoras.
El contrato “comercial” que firman obligadas las vendedoras con la empresa al ingresar al sistema, contiene todos los detalles esenciales de la relación e incluye el código de ética para con el cliente. La empresa, con la implementación sistemática de ese esquema, al margen de cualquier ventaja laboral, se asegura sin asumir riesgo empresario alguno, muchas ventajas unilaterales de rentabilidad y competitividad.
En su campaña porque se considere trabajadoras dependientes a las vendedoras, SIVARA aplica el enfoque de la Recomendación 198 de la OIT sobre la relación de trabajo, en cuanto a ubicar indicadores que permiten considerar el trabajo de estas vendedoras como asalariado. Concretamente, las empresas: dan a cada trabajadora un código, a los efectos de la identificación laboral, obligan a asistir a las conferencias de venta, establecen niveles o jerarquías de trabajo, definiendo quién es líder, establecen formas y lugares de pago (en efectivo, en un local propio, bancos, etc.), estipulan y promocionan los productos a vender a través de catálogos o cartillas, que las trabajadoras reciben de las empresas al inicio de cada campaña; las obligan a adherir a un código de ética; establecen una frecuencia permanente para las campañas; dan premios por volumen de ventas; dan factura de compra por lo que se ha vendido.
Sobre esta base, SIVARA ha realizado presentaciones ante el Ministerio de Trabajo,ha presentado un proyecto de ley en el Parlamento, ha consensuado un modelo de convenio colectivo con una empresa, ha firmado un convenio colectivo de trabajo con la Confederación General De Comercio y Servicios(CGCYS) que se encuentra en proceso de homologación en el Ministerio de Trabajo de la Nación.-
Comentario final
A la vuelta de los años, la perspectiva de SIVARA ha sido crecientemente legitimada por los desarrollos alcanzados en la Organización Internacional del Trabajo, en varios momentos desde los años ochenta.
Un momento especialmente importante ha sido 2014/15, cuando se discutió, trató y aprobó la Recomendación 204 sobre Tránsito de la Economía Informal a la Economía Formal, recordando que el Secretario General del SIVARA, Oscar Silva, representó a la CGT en la delegación sindical que participó en la discusión del proyecto de esa normativa, que estableció una regla de igualdad entre trabajadores asalariados y cuenta propia al momento de hacer valer sus derechos laborales, así como a organizarse y negociar colectivamente.
Otros avances de OIT que convergen con la actividad de SIVARA se refieren: al trabajo a domicilio (Convenio 177), el trabajo subcontratado (Recomendación 198 sobre Relación de Trabajo) y la economía social y solidaria, como forma de profundizar en formas superiores de trabajo independiente, en este caso de manera colectiva
Desde la perspectiva de la CGT, el ejemplo de SIVARA cumple con un objetivo estratégico: mostrar que la tradición sindical cegetista alcanza a trabajadores y trabajadoras que a veces son caracterizados como parte de la denominada “economía popular”, considerada esta como un sector externo al mundo de los trabajadores organizados en las estructuras sindicales de larga historia.