Nunca más represión en nuestras Universidades

Hace 55 años, por orden del gobierno de facto del General Juan Carlos Onganía, se ordenó intervenir las universidades y reprimir a trabajadoras y trabajadores Nodocentes, estudiantes y docentes. Escribe Walter Merkis, secretario general de FATUN (Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales)

El 29 de julio de 1966, la dictadura decidió desalojar distintas facultades de la Universidad de Buenos Aires (la de Ciencias Económicas fue la primera) y reprimir a las autoridades, los docentes, estudiantes y trabajadores/as Nodocentes, que reclamaban en defensa de la autonomía universitaria. Esa noche, conocida luego como “la noche de los bastones largos”, se convirtió en uno de los momentos más tristes de la historia argentina.  

La decisión de Onganía comenzaba con el cierre del Congreso Nacional y la proscripción de todos los partidos políticos, con el peronismo proscripto, demostrando el autoritarismo y el abuso del terrorismo de Estado.

La dictadura había decretado no solo la intervención de las universidades nacionales, sino también detener “el accionar subversivo en las universidades”, y en correspondencia con los postulados de la Doctrina de la Seguridad Nacional, un decreto puso fin a la autonomía universitaria vigente desde la Reforma de 1918 y obligó a rectores y decanos de las universidades nacionales a asumir como interventores dependientes del Ministerio del Interior. Muchos Rectores decidieron renunciar a ser cómplices de semejante brutalidad.

En la Universidad Nacional de Buenos Aires, estudiantes,  docentes y trabajadores/as Nodocentes realizaron asambleas para resistir la intervención y tomaron las casas de estudio como forma de repudio a la medida. En la noche del 29 de julio de 1966, conducidos por el jefe de la Policía Federal, Mario Fonseca, policías armados ingresaron violentamente a algunas Facultades de la UBA disparando gases lacrimógenos y profiriendo gritos e insultos anticomunistas y antisemitas.

Estudiantes, docentes y trabajadores/as Nodocentes, algunos de ellos extranjeros, fueron obligados a desalojar los edificios mientras eran golpeados brutalmente con los bastones policiales. Cientos de heridos y detenidos fue el resultado de la represión en las distintas universidades.

Más de 700 docentes de basta trayectoria abandonaron la universidad y fueron expulsados al exterior. Sin embargo, lejos de frenar la actividad política, los hechos ocurridos en la llamada “noche de los bastones largos” convencieron a la Comunidad Universitaria de la necesidad de organizarse para luchar contra la dictadura.

¡Universidad de los/as Trabajadores/as!

¡Nunca más represión en nuestras Universidades

Walter Merkis

Secretario General de FATUN